Friday, October 21, 2011

Experiencia pública

-Disculpe, podría decirme si us… No terminó de preguntar cuando una voz muy automática le dijo: - Señor, saque un número y aguarde a ser atendido. El hombre quiso decirle: - Pero yo ve… No terminó de decir lo que iba a decir cuando la misma voz le dijo: - Señor, por favor, saque un número que enseguida lo van a atender. Nuevamente el hombre, pero ahora con voz un poco más firme dice y logra terminar su primera frase: - Pero yo no veo a nadie! Y agrega: - Lo que yo neces…. Otra vez la voz lo interrumpe: - Lo que usted necesita señor, es calmarse, tome un número que lo van a atender enseguida. El hombre ahora un poco ofuscado dice con voz enérgica: - No! Ahora me escucha usted! Yo necesit…. Otra vez interrumpido por la misma voz, con el mismo tono invariable, esta vez le dice: - Señor, o se calma o llamo a seguridad, saque número y espere a ser atendido. El hombre viendo que no iba a lograr nada como le pasa a la mayoría que se presenta en una oficina pública se da vuelta, saca el número 83 y se sienta ya bastante enojado e impacientado, como es lógico. Empieza a observar a su alrededor y nota que todos están en la “suya” y empieza a plantearse la duda de que él realmente esté ahí sentado. Se pellizca y le duele y piensa dentro de sí: - No estoy soñando, mejor dicho, no es una pesadilla, es real, ¿saqué número? Sí, verán que estoy acá?, y sí, es enorme esta sala de espera ¿por qué no me atenderán? Ah, capaz que recién llegué. ¡Ya hace media hora que estoy esperando?? No puede ser!! termina diciendo en voz alta mientras un guardia sentado medio dormido desde detrás del mostrador lo mira como diciendo: - Cállate. En eso aparece la señora nuevamente con esa voz ya inaguantable, mira cual fue el último número que tiene y grita: - chentaiuno!!! Mira para todos lados y vuelve a gritar – Chentaidos!!! Se da vuelta y sigue, chaca chaca  con la computadora y con la trompa estirada como con cara de interesante. A esta altura el hombre piensa que está siendo víctima de una cámara oculta y mira para todos lados a ver si ve las cámaras y por las dudas sonríe, pero no, es mucho peor, es real. Ahora se para y se acerca al mostrador. La señora baja sus lentes, levanta sus cejas, lo mira feo, feísimo y le dice: - Señor, espere detrás de la línea amarilla, entiende? A-ma-ri-lla. El hombre ahora más confundido que enojado queda como muy desorientado por la situación. Finalmente la funcionaria se para y grita: - Chentaitres?!! El hombre se acerca rápidamente y justo cuando estaba a punto de decirle que: - Mire yo venía porque me pas…. La voz vuelve a interrumpirlo, y la remata con esta: - Disculpe señor, ya estamos cerrando pero conserve el numerito que mañana a primera hora lo atenderemos con mucho gusto, muchas gracias.- 
No pienso explicar qué pasó acto seguido porque ya sería mucha violencia a esta hora así que nos quedamos con una Reflexión final: SP

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