Tuesday, November 1, 2011

Fogones en Minas Parte 2

Luego de aquel accidente antes mencionado volví a mi lugar, porque parece que iban a cantar todos juntos e iba a haber fuegos artificiales, y ¡qué lindo los fuegos artificiales! Nunca pensé que iban a estar tan cerca de uno, valió la pena que los estallidos y el resplandor aparte de ciego me hayan dejado medio sordo. Y la gente muy animada gritaba: - Ahí van nuestros impuestos! Podrían tapar los pozos con esa plata! SP (sin palabras) Después de que todo terminó, tocaba la retirada… la retirada de todo el mundo, y a la vez… así que todos, incluido yo, queríamos violar una ley física fundamental: dos cuerpos no pueden ocupar el mismo espacio a la misma vez. Pero eso parecía ser lo que estaban intentando, así que tomé la silla y al mejor estilo fuerza de choque (¡qué emoción!) fuimos bajando todos por el mismo lado y a la misma vez, escuchando comentarios de todo tipo, marca y color que más adelante me detendré en contarles. Pero ahora quería llegar al tema de lo limpios que solemos ser en este tipo de espectáculos.  Al principio cuando llegué me preguntaba por qué tan pocos tachos de basura, pero después de verlos casi vacíos, llegué a la conclusión de que, ¡claro!, para qué van a poner más tachos de basura si la gente no los usa! Y fue así como al volver llegué a tener pegado en las suelas de mis zapatos desde pedazos de pan hasta pedazos de chorizo que hasta una nueva fiesta se podía hacer uno con todo lo tirado. Cosas nuevas las que uno vive, que el Domingo hubo desfile… de caballos, cientos, miles de caballos, y cuando todo parecía terminar allá venían… más caballos, incluso llegué a pensar que estaba teniendo un ataque continuo de “deja vú”, pero no y la pista me lo dio un caballo que traía a un gaucho durito y no precisamente de frío. 

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